La Auditoría Superior de la Federación (ASF) reveló que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, la deuda financiera de Petróleos Mexicanos se incrementó un 146.4%, el mayor crecimiento ocurrió durante el primer año de la Reforma Energética, es decir, de 2013 a 2014, con un 36%, pues los pasivos financieros pasaron de 831,425 millones a 1.1 billones de pesos, y que cerró el sexenio en más de 2 billones de pesos.
El precio de la mezcla mexicana se desplomó 58% desde los 102 a 43 dólares por barril, significa que el incremento del endeudamiento de Pemex ha sido inverso a la disminución del precio del barril de petróleo.
La abultada deuda de la petrolera estatal se contrajo principalmente para financiar gastos de operación y de inversión necesarios para sus operaciones debido a su carga fiscal —pago de derechos de extracción de hidrocarburos—.
El endeudamiento ha incrementado significativamente y si capital de trabajo ha disminuido, derivado de sus operaciones, en años recientes el flujo de efectivo no ha sido suficiente para fondear gastos de operación, inversión y otros gastos.
La Auditoría detalló que, en el análisis de los estados financieros consolidados de Pemex y sus empresas productivas subsidiarias, las pérdidas anuales de Pemex oscilaron en un rango de 170,000 a 712,500 millones de pesos de 2013 a 2018, y destacó que en 2013, 2014 y de 2016 a 2018, la petrolera tuvo utilidades antes de impuestos.