sábado 14 de diciembre de 2024
Edición 406
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ASÍ OPINA ANSELMO ZARAGOZA LOS BANDOS MUNICIPALES


Comienza formalmente la primera semana de febrero, y con ella en la vida interna de todos los municipios del Estado de México, la entrada en vigor de los nuevos Bandos Municipales, mismos que fueron promulgados el pasado 5 de los corrientes, en ceremonias llenas de alegoría y firmeza axiológica de carácter cívico, en las que dicen, se encuentra cimentados los ideales de gobierno de las actuales autoridades municipales.
En este tenor, cabe recalcar, que la promulgación del Bando Municipal es sin duda alguna, una de las principales atribuciones que tienen los Ayuntamientos en cuanto a facultad normativa les compete; razón por la cual reviste mayor importancia su configuración.
Pero desafortunadamente, en este tipo de ejercicios republicanos, los responsables de la creación de dichas normas, suelen caer año tras año en los errores sistemáticos al copiar o dejarse llevar por viejos estereotipos, en los cuales más allá de hacer un análisis real y actual de sus comunidades, la técnica legislativa que usan para conformación, es la clásica copy- page, es la de retomar y adoptar la vetusta dogmática de los Bandos anteriores, sin detenerse a considerar las nuevas tendencias ideológicas que se incorporan a la vida social día a día, mismas que se encaminan al reconocimiento de sociedades más igualitarias, más libres, más democráticas y por el contrario, destinan dicho esfuerzo solamente incrementar las sanciones económicas que deben imponerse a los ciudadanos que quebranten el orden público; como si ese ejercicio fuera el gran truco de magia para resolver el orden social tan requerido por los habitantes de sus demarcaciones municipales.
Situación, que no es del todo inadecuada per ser, sin embargo, es de notoria obviedad que se deslindan del deber ser de su encargo de representación, los cuales están obligados a conocer por lo mínimo, la situación socio-económica de sus municipios. Pero el error se basa principalmente, en la falta de conocimiento de las comunidades, el no entender que al darse o permitirse una transición democrática la comunidad demanda principalmente una visión diferente en cuánto a su calidad dogmática como ciudadano, en la que requiere ser incorporado en ámbito político como ente de decisiones, de reconocimiento de participación, en el que requiere ser escuchado, considerado en la toma de decisiones más importantes del municipio ,de su comunidad, de su entorno.
Es triste e inclusive decepcionante este actuar de los ayuntamientos, al ver como desperdician oportunidades únicas para poder diferenciarse y dar confianza a la ciudadanía que en los comicios tomaron la decisión para transformar su entorno, su calidad de vida y dar mayor certeza en cuánto al actuar de las autoridades. ¿Por qué desaprovechar esa confianza? ¿Por qué dejar pasar el gran motivo para hacer una norma jurídica de altura?
Cuando entenderán que los Bandos Municipales, son importantes, porque permiten coordinar y armonizar los derechos de todas las personas, permitiendo una convivencia social en paz y tranquilidad, que impiden abordar los desacuerdos o conflictos por medio de la fuerza bruta, de la corrupción, del abuso de autoridad, pues al ser una norma jurídica se basa en la razón y la justicia. Efectivamente, el Bando Municipal como máxima norma de la jurisdicción, garantiza la seguridad, la paz y el orden social, teniendo como base la equidad y la justicia.
Cómo colorario, es menester enfatizar que ciertamente, como norma jurídica el Bando Municipal, al ser reformado debe serlo dese la perspectiva de progresividad garantizando cada vez más la libertad, pero jamás cimentado en el exceso de la autoridad ni mucho menos en de la obstrucción del libre desarrollo de la persona.