Los escenarios políticos de la elección del 2023 en el estado de México
Marco A Oviedo
Desde hace aproximadamente cuatro décadas al estado de México se le empezó a denominar como el laboratorio político nacional, porque fue un territorio donde se hicieron diversas pruebas de coacción, cooptación y promoción del voto ciudadano, cuando en el PRI se empezó a tener dificultades con los partidos de la oposición de esos tiempos.
Esta acepción que tuvo su razón de ser en los años 90, parece haber cobrado nuevos bríos en la actualidad, ya que en torno a la elección que se llevará a cabo en 2023 en la entidad mexiquense, se han confabulado una serie de escenarios políticos que van a impactar de manera negativa en el proceso electoral del próximo año.
AMLO vs AMLITO: El primer escenario se empezó a fraguar a partir de que el presidente Andrés Manuel tuvo su primer acercamiento con Alejandro Moreno (Alito), cuando éste encabezaba la CONAGO. Los acercamientos posteriores concluyeron con la estrategia de encumbrar a Alito como presidente nacional del PRI; movimiento en el que el entonces gobernador de Chiapas, Manuel Velasco (compadre de Alito), convenció a AMLO para que acordara con el expresidente Peña Nieto “bajar” a su candidato José Narro y darle paso libre a Alito para que fuera electo presidente del CEN el PRI.
La brillante estrategia duró muy poco, y a partir de las elecciones intermedias de 2021 Alito mostró su verdadera personalidad: se alió con el PAN y el PRD; Morena pierde 34 distritos y más de cuatro millones de votos: Morena no obtiene la mayoría calificada en la cámara de diputados; se conforma el bloque opositor en la cámara baja, y se rechaza la reforma energética de AMLO. En el estado de México, Morena pierde los principales municipios y distritos federales y locales.
Se arma y opera una campaña fallida en contra de los “traidores a la patria” cuyo principal destinatario era Alejandro Moreno (Alito). Se construye todo un escenario para destituir a Alito del CEN del PRI, poniendo como “ariete” a la gobernadora de Campeche Layda Sansores y al Fiscal General de esa entidad, Renato Sales (empleado de Miguel Ángel Osorio Chong) y se presiona al expresidente Enrique Peña para que intervenga en la renuncia de Alito a la presidencia nacional del PRI.
Lo cierto es que el error de origen fue del presidente López Obrador al aceptar que Alito presidiera el PRI, con la supuesta promesa de que operaría a favor todas las reformas legislativas que AMLO enviara a la cámara baja. Y así se lo hizo saber Peña Nieto.
Este asunto de “traición” de AMLITO en contra de AMLO, está influyendo a nivel estatal, ya que el acuerdo pactado entre el PRI y el PAN de apoyar las candidaturas del estado de México para el 2023 (en favor del PRI) y de la Ciudad de México para el 2024 (en favor del PAN), hoy es incierto.
Romper la Alianza Opositora: En el segundo escenario, el error del presidente Andrés Manuel, está siendo aprovechado por su equipo de control de daños, y ya no sólo se pretende la renuncia de Alito a la presidencia del CEN del PRI, sino que aunado a ello, se quiere desarticular a un bloque opositor al régimen, que si bien no ha logrado contener la obtención de gubernaturas para Morena, si se ha planteado como una alternativa viable para el estado de México y para el 2024.
En el caso específico del estado de México, los números no le alcanzan a Morena para enfrentar a una alianza PRI-PAN-PRD, y para el 2024, en los estados de Veracruz y la Ciudad de México, Morena pierde la elección. Con ese escenario, la elección presidencial está muy lejos de Morena, tomando en cuenta que las “corcholatas” del presidente están abriendo un frente de confrontación que el propio presidente AMLO propició, con una finalidad hoy no resuelta por quienes analizan al acontecer nacional.
Sin embargo, si se logra desarticular la alianza opositora PRI-PAN-PRD para las futuras contiendas electorales, seguramente AMLO y Morena seguirán ostentando el poder por otros seis años más.
Higinio candidato: En el tercer escenario, como todo cacique, el senador Higinio Martínez se ha propuesto ser el candidato de Morena para la elección de 2023. Primero pactó con Mario Delgado y lo apoyó para ser electo presidente nacional de Morena (se enfrentó algrupo de Bertha Lujan, amiga de Claudia Sheinbaum y de AMLO); después se apropió de la dirigencia estatal de Morena en la entidad con el beneplácito de Mario Delgado; posteriormente traicionó a Mario Delgado y buscó hacer alianzas con Claudia Sheinbaum, y finalmente rompió con su grupo (Delfina Gómez y Horacio Duarte) y amenazó a la dirigencia nacional y al propio presidente AMLO de que al no aceptar su candidatura, estarían ignorando al movimiento más grande de los últimos tiempos en el estado de México.
Todos saben que Higinio es un cacique; todos saben de sus traiciones y de sus corruptelas; todos saben de su poder y de los favores que le hizo al presidente, pero también todos saben que Higinio es el candidato ideal para perder el estado de México. Es un “corruptazo” dijo Gerardo Fernández Noroña y es senador de Morena.
Este es un escenario benéfico para el PRI y para la probable alianza opositora al régimen. Y obviamente podría ser un escenario harto complejo para las intenciones del presidente Andrés Manuel, quien desde 2021 ha puesto a competir a unas “corcholatas” que día a día están expuestas al escrutinio público.
Peña-Montiel-Hank-Del Mazo: En el cuarto escenario, así como las cosas se plantean difíciles para Morena, también lo son para el PRI en el estado de México, y hay reglas no escritas que todo político mexicano de ayer y de hoy deben aceptar. El presidente manda y después de él, los gobernadores; y como en el escenario actual, el presidente es de otro partido, quien pone al candidato del PRI en la entidad, es el gobernador Alfredo del Mazo.
Hay quienes sí lo entienden, incluso el propio expresidente Enrique Peña. Pero hay quienes buscan aprovechar la coyuntura política. Si se conserva el pacto de alianza PRI-PAN-PRD, la candidata sería Alejandra del Moral y si no se acepta dicho pacto, la candidata seguiría siendo Alejandra del Moral. Sin embargo, Arturo Montiel quiere que la candidata sea Ana Lilia Herrera y Alito y Jorge Hank podrían apoyar esa opción. Alito quiere impulsar a Ricardo Aguilar y Arturo Montiel podría apoyar esa candidatura. Emilio Chuayffet y César Camacho estarían dispuestos a que el candidato fuera Ernesto Nemer.
No obstante, en este entramado de posibilidades y en orden racional, la mano la tiene el presidente López Obrador si logra romper con la alianza opositora; pero si el expresidente Enrique Peña logra impedir la ruptura de la alianza opositora, el gran elector del PRI sería Alfredo del Mazo. Hagan ustedes sus apuestas.
Enrique Vargas, el candidato incomodo: En el quinto escenario, como es natural, el PAN también le juega a la coyuntura política, el líder nacional del panismo, Marko Cortés, continúa alentando la candidatura de Enrique Vargas para contender (en alianza o con el PAN) en el 2023. Al igual que a Delfina (la maestra rural), a Enrique hoy lo ubican en el punto más alto de las encuestas, sin que oficialmente se haya dado el banderazo oficial para empezar a disputarse la gubernatura del estado de México en 2023.
Enrique aparentemente empezó su carrera política con “Tony Rodríguez”, actual presidente municipal de Tlalnepantla; y es un joven que se ha perpetuado en el poder por más de 12 años en Huixquilucan. Es amigo de Ricardo Anaya y de Marko Cortés. La actual alcaldesa de su municipio es su esposa, y hoy es el mandamás de la bancada de diputados panista en el congreso estatal.
Imaginemos una elección entre el cacique Higinio Martínez de Morena y el cacique Enrique Vargas del PAN; una lucha de antología para quienes ideológicamente apoyan o están en contra de la 4T. Hay se los dejo para la reflexión.
