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Silvia fue encontrada muerta, con lesiones graves en la cabeza y apuñalada.


Silvia tenía 43 años, era madre de tres hijos y trabajaba como costurera por temporadas, fue encontrada sin vida el domingo 8 de Diciembre en un predio de la colonia Emiliano Zapata Sur, en Merida, murió a causa de lesiones graves en la cabeza, también la apuñalaron. Ella es la cuarta víctima de la
violencia feminicida en Yucatán en este 2019.

La familia de Silvia no comprende los motivos para arrebatarle la vida con tanta crueldad, durante una entrevista, la madre, hermanas y cuñada de Silvia coinciden en que ella no merecía morir de esa forma, la describen como una mujer alegre y amorosa.

Lo hicieron por maldad, quizás por envidia. Yo me pregunto ¿Por qué a ella? No se metía en problemas, ella no era así, no me explico ¿Por qué paso?

«Era una persona tranquila, le gustaba convivir con nosotros, comer, relajear, bailar, estar con sus hijos, salir a pasear», comentó Leidy.

Para su madre, Idelfonsa Ortega Cauich, de 71 años, la pérdida de su hija no es fácil de asimilar. «Aún siento que está aquí conmigo, siento su presencia cerca de mí. Solo quiero que el culpable pague».

La última vez que vieron a Silvia con vida fue el viernes 6 de diciembre a las 8:30 horas, una amiga le pidió acompañarla a realizar unas diligencias y pasó a buscarla a la casa de doña Idelfonsa. Desde ese día no volvieron a tener noticias de su paradero.

Leidy platicó que no era extraño que Silvia demorara en comunicarse, ya que no tenía celular. «No la vimos hasta que identificamos el cuerpo, durante viernes y sábado no se reportó con nosotros, como no tenía celular no se nos hizo extraño».

La noticia de la muerte de Silvia sacudió a toda la familia, su hijo Kevin, de 20 años, fue el primero en enterarse.

«Nos enteramos por una llamada telefónica que le hicieron a mi sobrino, salió asustado del cuarto y le pregunté ´qué pasaba´, me respondió ¡Mi mamá murió! Entonces salimos a buscar un mototaxi y fuimos a ver al prediodonde la habían encontrado. No nos dijeron nada, porque se habían llevado el cuerpo, esperamos a los judiciales», narró Leydi.

Con coraje, su hermana mayor, Elide Ojeda Ortega, reprocha a las autoridades la poca claridad en el proceso de investigación. «Solo quiero que se pongan en nuestro lugar y que caiga quien tenga que caer, pero que no demoren en hacer justicia».

Sin embargo, lejos de llegar la justicia a la familia, el asesinó de Silvia fue acusado de homicidio calificado y no de feminicidio. Fue apenas el viernes 13 de diciembre que la familia se enteró que se trata de un menor de iniciales J.J.C.L., quien actualmente se encuentra en prisión preventiva por posesión de cannabis.

Desde el principio del proceso, tras enterarse del crimen, el trato que ha recibido la familia de la víctima no ha sido el correcto, al menos no para Leidy.

No nos quería entregar el cuerpo, que tenía que ir su marido de quien ya llevaba separada muchos años. Nosotras le notificamos de lo ocurrido, nunca fue la autoridad. Tampoco han venido a casa en estos días para entrevistarnos sobre lo que pasó el último día que la vimos con vida

La familia de Silvia, conformada en su mayoría por mujeres, se declaró indignada, enojada y dispuesta a luchar por la reclasificación del delito a feminicidio. «No es solo por ella, es por todas. No porque no tengamos dinero no valemos, todos somos iguales, estamos cansadas de que nos quieran ver la cara», criticó Elide.

Algunos activistas y miembros de la sociedad civil han manifestado su apoyo a la familia para buscar que el crimen de Silvia no quede impune e, incluso, preparan un recurso jurídico para solicitar la reconfiguración el delito como feminicidio, puesto que cumple con todas las características de un crimen por razones de género.

Cabe destacar que este día se celebró la audiencia y al agresor se le vinculó a proceso por el delito de homicidio calificado.

Con información de Seunonoticias.com

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