Chilpancingo, Gro.
Las recientes movilizaciones y hechos delictivos ocurridos en la capital de Guerrero son consecuencia del rompimiento de acuerdos de paz entre organizaciones criminales, según señalan expertos en seguridad. La debilidad institucional en el estado ha permitido que la delincuencia organizada evolucione y construya bases sociales que los consideran intermediarios ante el gobierno.
Durante muchos años, la ciudad de Chilpancingo vivió un periodo de lo que se conoce como «paz narca», pactada entre los principales grupos del crimen organizado, especialmente Los Tlacos y Los Ardillos. Sin embargo, en la actualidad, estos grupos se encuentran en confrontación, lo cual explica, en gran medida, la escalada de violencia y movilizaciones en las regiones centro, norte y montaña del estado. Además, se ha evidenciado que estas estructuras criminales cuentan con apoyo de una base social.
David Saucedo, consultor en políticas públicas de seguridad, considera que ambos grupos habrían respaldado las campañas electorales de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, ambas miembros del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Sin embargo, las disputas entre estas organizaciones criminales han escalado, llevando a las autoridades a tomar partido por Los Tlacos.
Es importante destacar que hasta el momento, el gobierno ha emitido órdenes de aprehensión únicamente contra miembros de Los Ardillos.
Ante esta situación, se espera que el grupo delictivo continúe reaccionando para evitar que sus rivales, Los Tlacos, obtengan un respaldo desde el gobierno. Asimismo, habrá que estar atentos a la posible expansión de los hechos violentos a otros municipios donde estas organizaciones tienen presencia, y donde otras organizaciones criminales podrían aprovechar la coyuntura para ganar territorio.
Expertos señalan que Los Ardillos tienen presencia en 22 municipios y están vinculados a la policía comunitaria «Por la Paz y la Justicia».
El analista explicó que tanto Los Tlacos como Los Ardillos surgieron como grupos de autodefensa, una figura contemplada en la Constitución de Guerrero. Sin embargo, estas organizaciones se han dedicado a una serie de actividades, incluyendo el control de rutas de transporte urbano.
Es preocupante observar que algunas organizaciones criminales se han infiltrado en organizaciones sociales o han adoptado demandas de servicios comunitarios, lo cual les permite construir una base social.
Por otro lado, Guerrero continúa siendo escenario de numerosas atrocidades. Según el informe «Galería del Horror: atrocidades y eventos de alto impacto enero-abril 2023» de la organización civil Causa en Común, en el primer cuatrimestre del año se han registrado 128 hechos atroces en el estado. Esta cifra representa más del 50% de los casos reportados en todo el año anterior.
En términos proporcionales, Guerrero es el cuarto estado con mayor incidencia de este tipo de delitos a nivel nacional, superado solo por Chihuahua, Guanajuato y Baja California.
Los casos registrados incluyen masacres, hallazgos de cuerpos mutilados o destruidos, actos de tortura, asesinatos de niños, adolescentes y mujeres con crueldad extrema, así como asesinatos de actores políticos y funcionarios relevantes en materia de seguridad. Estos sucesos reflejan la grave situación de violencia que prevalece en la región.
Las autoridades continúan trabajando en la investigación de estos hechos y en la implementación de estrategias para combatir la violencia y el crimen organizado en Guerrero.
