Acapulco, Gro.– El huracán Otis de categoría 5 tocó tierras mexicanas durante la madrugada del miércoles, dejando un rastro de destrucción en su paso por la ciudad de Acapulco, en el estado de Guerrero. Hasta el momento, se han registrado 27 muertos y cuatro personas desaparecidas, incluyendo a tres marinos.
El huracán causó estragos en la infraestructura de la ciudad, afectando playas, hoteles, hospitales, colonias, casas, escuelas y otros edificios. Varios establecimientos y tiendas de renombre, como Soriana, Bodega Aurrerá, Office Depot, Elektra y Coppel, fueron saqueados por cientos de personas en la oscuridad, con la ausencia de presencia policial para controlar la situación.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, informó que el huracán Otis causó daños en 27 sensores del Sistema de Alerta Sísmica Mexicano en las costas de Guerrero, Michoacán y Oaxaca. Esto ha planteado preocupaciones acerca de la capacidad de alerta sísmica en caso de futuros temblores.
Miles de personas se encontraron atrapadas en la ciudad mientras el huracán causaba devastación. Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió que «las necesidades serán atendidas», los ciudadanos se enfrentan a una gran cantidad de problemas, incluyendo techos arrancados, inundaciones y daños materiales significativos.
Los habitantes de Acapulco comparan la fuerza de Otis con la de «Paulina» en 1997, subrayando la magnitud del desastre. En medio de la confusión y el caos, muchos continúan buscando refugio y asistencia en medio de la difícil situación causada por el huracán.
El huracán Otis también afectó el sistema de alerta sísmica, lo que plantea preocupaciones sobre la capacidad de alertar a la población en caso de futuros terremotos. La magnitud de la devastación y la magnitud de la respuesta humanitaria necesaria son temas que seguirán siendo una prioridad en los próximos días mientras la ciudad se recupera de este impacto devastador.