Fernanda Padrón
Toluca, Estado de México, 31 de enero de 2019. La Secretaría de Cultura invita a conocer algunos de sus museos y los tesoros que estos resguardan como estandartes de identidad mexiquense y mudos testigos del tiempo.
Son numerosas las piezas que se exhiben con orgullo en los museos del Estado de México, cada una con grandes historias para contar, como el Quetzalcóatl del Museo Arqueológico de Apaxco, que representa al Dios benefactor como símbolo del arte y civilización a partir de una cabeza humana emergiendo de las fauces de una serpiente emplumada, perteneciente a la cultura mexica de la época posclásica, o el Xipe-Totec, Dios de la primavera, elaborada en tezontle como símbolo del reverdecer de la vegetación.
En el Museo Arqueológico de Nextlalpan se encuentra la cabeza de Tláloc, perteneciente a la cultura tolteca del posclásico tardío, una escultura tallada con anteojeras, colmillos y las comisuras marcadas, o el elemento ornamental fitomorfo que también se le define como calendario agrícola.
Estilizada de un nopal en piedra donde se pueden ver dos tunas y en la parte de enfrente una cabeza de felino, tiene un apéndice en su parte inferior que posiblemente servía para ser empotrada como adorno ornamental.
Valle de Bravo conserva las cuatro cabezas de serpiente con grandes dimensiones, la más grande es de 90 cm de altura y 113 cm de largo, las cuales están manufacturadas en piedra basáltica.
También invita a conocer la jarra antropomorfa perteneciente a la cultura mexica del periodo posclásico, en la cual se observa un tocado zoomorfo encima de la cabeza de la diosa, quien porta orejeras circulares y en sus manos sujeta mazorcas de maíz. Está elaborada en barro y representa a Chicomecóatl, deidad de la agricultura.
Otra de las propuestas que tiene el Estado de México, es el Museo “Dr. Román Piña Chan”, el cual tiene una escultura Porta Estandarte de piedra tallada con forma zoomorfa-antropomorfa, pertenece a la cultura azteca de la época posclásica y representa a un individuo sedente, que lleva en la cabeza un yelmo en forma de cabeza de serpiente.
Tiene un brazo roto y la mano izquierda con un ahuecamiento para recibir el estandarte o bandera que anunciaba la fiesta religiosa. En la parte posterior se puede observar el cabello por debajo del yelmo y porta un taparrabo o maxtlatl.
Para conocer de la vida franciscana, el Museo Virreinal, en Zinacantepec ofrece en alrededor de 20 salas, pinturas, objetos, arquitectura, libros con textos del siglo XVI, y la pila bautismal monolítica, considerada como la más grande en Latinoamérica.
Además de estos recintos, la Secretaría de Cultura cuenta con 30 espacios museísticos con un legado extraordinario para visitar y conocer.