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La gente que está cerca toma sus cosas y corre de ahí. El hombre que cayó sangra por el abdomen, lleva una pistola en la mano, y con ella apunta hacia el camión, mientras se arrastra en el piso.

Las piernas ya no le responden. Con los brazos se impulsa para llegar a la banqueta, pero no puede hacer más. Sin embargo, vuelve a levantar el arma y dispara en dos ocasiones hacia el camión.

Unos segundos después, baja del autobús un hombre con una pistola en la mano. Es un agente de la Policía de Investigación.

Le ordena que no se mueva y se apresura a tomar del piso el arma que el delincuente soltó, para evitar que pueda recuperarla y agredir a alguien.

El PDI da indicaciones a quienes van a bordo del autobús y al mismo tiempo lo hace con quienes estaban cerca del lugar.

Sube al autobús por su chamarra y la gente comienza a bajar. Uno de ellos patea al ladrón que está en el piso.

De pronto los pasajeros jalonean y comienzan a golpear a otro hombre de playera blanca. Se trata de un cómplice del ladrón herido.

Entre los usuarios lo patean en el cuerpo, la cara, lo azotan en el piso. Su cómplice con el balazo observa a menos de dos metros

Al lugar llega un elemento de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, parece que el policía de investigación le explica lo que pasa y le pide apoyo.

Pero la gente no se detiene; continúan pateando a los hampones mientras los dos policías piden apoyo de más elementos.

Menos de dos minutos después, llegaron más uniformados para someter y esposar a uno de los delincuentes. Otros hablan con el herido que se levanta en ocasiones.

El hombre apaleado por los usuarios se llama José Espinoza. Ya fue encarcelado, y este lunes fue vinculado a proceso.

El otro sujeto fue identificado como Jesús Aguirre, según los registros de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad, estuvo tres veces en prisión y siempre quedó libre. Horas después de este atraco, finalmente murió en un hospital.

Gracias a la reacción de este agente de la Policía de Investigación se frustró el atraco. Los usuarios resultaron ilesos. Y ahí terminó la carrera delictiva, de este par de ladrones.

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