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Hacer lo invisible, visible

 Aguas Internacionales

Pepe Cureño

Muchos y muchas hablan del 8M y 9M solo por hablar, pero eso en sí, eso no es tan malo, cuando menos (por fin) todos hablan de algo relevante y urgente para nuestra sociedad, es decir, gracias a que estémovimiento cobró gran magnitud es que se llegó a convertir en un tema de la agenda pública nacional a pesar de nuestro mandatario de la república, a pesar del patriarcado, a pesar del sistema y a pesar de todo se logró el objetivo hacer visible lo que se quería invisibilizar.

Las mujeres otra vez nos ponen el ejemplo de qué hacer ante la adversidad, de su inconmensurable resistencia al dolor y a la desgracia, pero no se trata de que sean resilientes y valientes, sino de que sean realmente libres y felices, vivir con miedo simplemente no es vida, a diario sufren múltiples tipos de violencia y nos espantamos por un poco de pintura y vidrios rotos, ¡qué mal! Lo que si nos debería de indignar y horrorizar no son los actos vandálicos sino las miles de muertas, violadas, vejadas, avergonzadas, sometidas y discriminadas que a diario son participes involuntarias de una estadística funesta y lúgubre.

Las mujeres tuvieron que desaparecer para hacersevisibles, vaya ironía de nuestra posmodernidad, un acto contradictorio en esencia que sentará precedente en nuestra Historia nacional, porque llegó el día quedespertó la titán. Pero esta furia debe ser vectorizada en acciones contundentes que derriben las barreras socio – culturales, legales y de cualquier tipo para que en un futuro no muy lejano recordemos  este tema como una página negra del pasado de nuestro México y no como el pan de cada día; pero para ello ineludiblemente necesitamos del apoyo de todas y todos.

No sé qué vaya a acontecer después del 9 de marzo del 2020, pero lo que sí sé es que ahora el Estado le temerá a sus mujeres, porque ya no callaran más, la mega –marcha y el paro nacional dejaron claro algo: no se van a dejar vencer jamás, ¿sexo débil? ¡Claro que no!, las mujeres tienen más valor que muchos de mis compañeros varones, el 8 tomaron las calles y plazas, aquellas mismas que les robaron su tranquilidad y el 9 tomaron algo más que el espacio público, tomaron conciencia del gran poder que tienen en sus manos para transformar la realidad. Las pañoletas moradas, verdes y negras nos enseñaron en esta primavera feminista que no hay dictador eterno.

¡Nos leemos pronto!

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