La alteración del ecosistema acuático en la zona del Alto Lerma, ocasionada por el crecimiento industrial y la contaminación, ha puesto en riesgo la supervivencia de diversas especies de peces. Ante esta problemática, el investigador José Fernando Méndez Sánchez, de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), ha realizado un estudio basado en la ecofisiología para analizar la adaptación de estos organismos a su entorno cambiante.
La ecofisiología, que combina principios de ecología y fisiología, permite comprender cómo los peces del Alto Lerma responden a variaciones ambientales, como cambios en la temperatura y la disponibilidad de oxígeno. Entre las especies analizadas se encuentran la Algansea barbata (pulpo del Lerma), la Chirostoma riojai (charal del Valle de Toluca), la Aztecula sallaei (carpita azteca) y la Girardinichys multiradiatus, mejor conocida como mexcalpique o pez amarillo de Lerma.
Un pez con resistencia extraordinaria
De acuerdo con los hallazgos del estudio, el mexcalpique ha demostrado una tolerancia excepcional a condiciones adversas. A diferencia de otras especies, su alimentación diversa —que incluye vegetales, animales en movimiento y restos orgánicos— ha favorecido su supervivencia. Además, su sistema reproductivo vivíparo protege a los embriones en ambientes de bajo oxígeno, lo que ha permitido la preservación de la especie.
Méndez Sánchez explicó que los peces del Alto Lerma enfrentan temperaturas extremas debido a la altitud de 2,600 metros sobre el nivel del mar, además de condiciones de hipoxia (baja concentración de oxígeno) e incluso anoxia (falta total de oxígeno). Estos factores afectan su reproducción, alimentación y supervivencia, provocando la desaparición de varias especies.
Sin embargo, el pez amarillo de Lerma ha desarrollado una adaptación fisiológica que le permite extraer oxígeno incluso en presiones parciales extremadamente bajas. En ausencia total de este elemento, puede recurrir a la respiración anaeróbica, un mecanismo que le permite generar energía sin oxígeno y suspender su metabolismo por largos periodos.
Amenazas y propuestas para la conservación
El investigador advirtió que la transformación del hábitat en el Alto Lerma representa un peligro creciente para estas especies. Factores como la introducción de peces exóticos, la proliferación de hongos, bacterias y parásitos, así como el uso de químicos agrícolas que afectan al fitoplancton y zooplancton —fuentes primarias de oxígeno y alimento—, están poniendo en jaque la biodiversidad de la zona.
Además, la contaminación generada por la actividad humana e industrial ha reducido la disponibilidad de agua y la calidad del hábitat. Ante esta situación, Méndez Sánchez propuso medidas como:
✅ Retención de agua en las cuencas para conservar los cuerpos acuíferos.
✅ Separación de aguas residuales de los sistemas naturales.
✅ Aumento de la cobertura vegetal para mitigar los efectos del cambio climático.
El investigador subrayó la importancia de la participación estudiantil en estos proyectos, ya que la velocidad con la que desaparecen los cuerpos de agua supera el tiempo necesario para formar especialistas en conservación. “El mayor reto es contar con capital humano calificado. Si no actuamos pronto, perderemos más especies antes de que podamos entenderlas y protegerlas”, concluyó.
