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La batalla de Ale Rojo de la Vega: una activista que rompió el sistema



Alessandra Rojo de la Vega no solo ganó la alcaldía de Cuauhtémoc, sino que también desmanteló una estructura política que muchos creían inamovible. A principios de año, pocos apostaban por su victoria en el corazón de la Ciudad de México. ¿Una activista social derrotando a una maquinaria de poder bien establecida? Inimaginable para los expertos. Sin embargo, lo logró.

Rojo de la Vega aplicó una estrategia que rompió los esquemas tradicionales. En cada una de las 33 colonias, su mensaje fue claro: terminar con el sistema que ha permitido a políticos saltar de un partido a otro, acumulando fortunas mientras la pobreza prevalece. Frente a esto, Catalina Monreal, su principal oponente, solo supo quejarse, alegando «violencia política».

Los hechos hablan por sí solos. Catalina Monreal, quien tenía todas las ventajas —mayor reconocimiento, apoyo de la coalición MORENA-PT-VERDE, la maquinaria política de su padre, y una campaña que arrancó cinco meses antes que la de Rojo de la Vega—, fue derrotada. ¿La razón? Su incapacidad para conectar con el electorado, frente a una Rojo de la Vega que diseñó una campaña efectiva, enfocada en lo humano y evitando la polarización.

El triunfo de Alessandra Rojo de la Vega no solo es una victoria personal, sino una lección para la política mexicana. El sistema tradicional está en declive, y quienes no se adapten, quedarán atrás. La pregunta ahora es si Morena tomará nota o seguirá siendo arrastrada por los viejos vicios del pasado. La respuesta, como siempre, la tendrá el pueblo.

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