Aguas Internacionales
Pepe Cureño
¿Cuántas veces no nos hemos despedido de nuestros seres queridos sin saber que a la mejor era la última vez que los volveríamos a ver? Inicio mi dilucidación de esta semana con la incógnita acre planteada al principio, porqué ahora de manera trágica se suma una víctima más al largo historial de feminicidios que sufren nuestras mujeres en la nación; pero, la pregunta central debiera estar enfocada en ¿quién o quienes mataron a Fátima? Y no me refiero a los dos despreciables trúhanes que atraparon en Isidro Fabela, sino a ¿quién está realmente detrás de todo esto?
Es decir, después de las irreverentes palabras de nuestro primer mandatario sobre los culpables de la muerte de la niña Fátima hay un poco de verdad en sus declaraciones, no obstante ello, esconden una gran mentira y soslayan la gravedad de la problemática, porque si bien es cierto que, el sistema neoliberal es el causante de grandes desigualdades económicas y sociales, también lo es que los países que adoptan este sistema no padecen números tan alarmantes como los nuestros en feminicidios, en otras palabras, el neoliberalismo per se no genera feminicidas porque si no naciones como la de Finlandia o Alemania tendrían elevados índices de feminicidios y no lo es así.
Sin embargo, según datos de la CEPAL encontramos que Venezuela tiene niveles menores de feminicidios que México, por eso, recalco que hay parte de verdad en las palabras de AMLO pero que encubren una gran falacia en medio de ellas. Realmente apelaría a que la contestación a la interrogante formulada es que se trata de una problemática socio — cultural sobre el enorme machismo que vivimos día a día en nuestro país, que de manera sistemática y sistémicamente el patriarcado ha permitido vulnerar con absoluta impunidad a nuestras mujeres históricamente y que es una construcción social tan arraigada en todas nuestras instituciones que vencerlo será el gran reto al que tendremos que enfrentarnos todos en este siglo XXI sí es que pensamos ganarle, no esperemos forzar al señor presidente a hacer algo que no quiere, indudablemente se necesita de la voluntad del gobierno para acabar con esto, pero yo ya me cansé de escuchar evasivas y excusas, es tiempo de actuar con urgencia si es que no queremos leer otra noticia sobre una Fátima o una Ingrid.
Exhorto a todas y todos los que amablemente me leena que nos sumemos a esta pugna, una lucha que en lo personal me adscribí a ella desde que la comprendí y dimensioné en mi estadía en la Universidad, gracias a una gran maestra y feminista: la Doctora Estela Serret Bravo, que me inculcó su amor y pasión por esta noble causa y me enseñó que no solo es una batalla de mujeres contra hombres y que cómo varón también me puedo sumar a ella desde mi trinchera. Por ello, este 9 de marzo nadie se mueve, porque ellas nos necesitan a su lado, no es un asunto de derecha o de izquierda, es un tema de sobrevivencia de nuestras mujeres.
En la recomendación de esta semana los invito a quesigan el trabajo de la Doctora Estela Serret Bravo, la cual ha colaborado ampliamente en temas de feminismo y equidad de género, es una de las voces más lúcidas para comprender este fenómeno, teniendo varias publicaciones en revistas y libros sobre esta temática y en verdad puedan desarrollar una opinión informada de lo que conlleva este movimiento que está cimbrando por fin nuestra inmóvil e indolente república. ¡Nos leemos pronto!
