lunes 23 de septiembre de 2024
Edición 395
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Sinaloa, la antesala del infierno

Aguas Internacionales
Pepe Cureño

El filme mexicano de “El infierno” que fue producido y dirigido en el año 2010 por el cineasta Luis Estrada, famoso por otras cintas como “La Ley de Herodes” o “Un Mundo Maravilloso” retrataba en esa película la cruda realidad política y social que sufre la ciudadanía mexicana después de la guerra contra el narcotráfico emprendida por el gobierno de Felipe Calderón, donde además de describirnos con fina lente y grandes actuaciones la narco-cultura y el narco-gobierno, pudimos sentir casi como en carne propia como se desenvuelven las relaciones de poder en torno a los capos de la droga. Hoy, después de lo suscitado en Culiacán, pudimos constatar que la crudeza y ficción que se mira con temor en El Infierno, es cosa de niños, cuando el poder del Estado se ve absolutamente rebasado por las fuerzas del crimen organizado.
No pienso centrar mi dilucidación sobre el caso Culiacán en el debate que se ha extendido sobre ¿qué si lo que hizo el gobierno de la 4T de liberar a Ovidio Guzmán, hijo del temido “Chapo” Guzmán fue lo correcto o no? Porque, para ello, no me serían suficientes los caracteres autorizados en mi publicación, sin embargo, ubicaré mi reflexión sobre lo crítico y gravoso que fue el hecho de que el Estado Mexicano fuera avasallado de manera vil y contundente por el narcotráfico, demostrando una seria incapacidad para resguardar la integridad de las y los mexicanos.
Una de las principales funciones del Estado es brindarle seguridad a su población, porque para eso existe de facto, según los autores del iusnaturalismo y contractualismo destacan que para transitar del estado de naturaleza al estado social conferimos nuestra seguridad y soberanía al Estado, quién será el garante de velar por nuestros derechos pero sobre todo por nuestra sobrevivencia, para que no impere un estado de guerra constante donde reine el más fuerte; Por ende, hablar de que el caso Sinaloa es un síntoma o reflejo de un Estado fallido es absolutamente correcto. Si bien es cierto, que en gobiernos anteriores acontecieron casos similares, ninguno de tal magnitud como la vivida en Culiacán donde ninguna organización policial o militar tuvo la facultad de frenar la indomable fuerza del “Chapo” Guzmán.
La bota del narcotráfico se encuentra sobre el cuello del presidente AMLO, dice Jacobo García del Diario El País lo siguiente: “15 meses después de ganar las elecciones, el Gobierno de México ha encadenado un desacierto tras otro y amplias zonas del país viven bajo el terror”, esa es la perspectiva al exterior de lo que pasa en nuestra nación, pero mientras la excelente estrategia de comunicación de López Obrador siga predominando en el imaginario social, que orienta a la población a eximir de toda responsabilidad a nuestro mandatario, echándole la culpa al corrupto prianismo de todo y victimizándolo a él por todo, no dimensionaremos el infierno en el que vivimos mi Benny.
En la recomendación de esta semana los invito a que sigan de cerca el trabajo realizado por el Diputado Local del Partido Revolucionario Institucional Juan Jaffet Millán Márquez, quién en su trayectoria política y administrativa ha demostrado gran capacidad de negociación, liderazgo, innovación y creatividad en la generación de proyectos legislativos y programas de gobierno transversales, educativos, democráticos e incluyentes, por ejemplo, retomo toda la labor que está realizando en favor de la concientización sobre el autismo, causa social que ha abanderado y hecho propia, donde muchas y muchos de nuestros diputados mexiquenses solo se están preparando para regalar despensas, existen otros como Juan Jaffet que abre brecha en espacios no vislumbrados. Lo encuentran en su página de Facebook como: Juan Jaffet Millán. ¡Nos leemos pronto!

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